La Comisión Ejecutiva de la Federación Española del Vino (FEV) ha aprobado en su última reunión un manifiesto en defensa del paisaje del viñedo español en el que pide establecer una serie de actuaciones estratégicas para proteger el viñedo como un patrimonio cultural, social, económico y paisajístico emblemático y fundamental de España que se enfrenta a una creciente y descontrolada proliferación de proyectos desproporcionados de infraestructuras energéticas y de transporte, así como de actuaciones de carácter viario, industrial o ganadero con consecuencias irreparables sobre el paisaje vitivinícola.
Principales amenazas
El manifiesto impulsado por la FEV comparte y apoya la necesaria descarbonización de la economía y el impulso de las energías renovables, pero apela a que se realice de manera ordenada, racional y transparente sin poner en peligro nuestro entorno natural y agrario, la estabilidad de las empresas vitivinícolas y el sustento de miles de familias.
Junto a la construcción de macro instalaciones energéticas (fotovoltaicas, eólicas, líneas eléctricas,…), la proliferación de explotaciones ganaderas que generan malos olores muy cerca de las bodegas son dos de las amenazas concretas que afectan en gran medida al paisaje vitivinícola y que tienen una nefasta repercusión medioambiental, visual e incluso olfativa en viñedos y bodegas, haciendo peligrar apuestas estratégicas fundamentales como la puesta en valor del origen de nuestros productos, la preservación de los medios rurales tradicionales y el desarrollo del enoturismo responsable, actividad sectorial esencial con una próspera tendencia.
Por todo ello, desde la FEV apelan a la responsabilidad de las Administraciones Públicas para fortalecer el marco regulatorio que permita blindar dicha protección y apoyen el desarrollo de alternativas de actividad económica sostenibles.
Igualmente, consideran fundamental concienciar al tejido productivo y al conjunto de la opinión pública para hacer entender los retos y peligros a los que se enfrenta el patrimonio vitivinícola.
También reclaman la máxima atención a la biodiversidad, equilibrio y preservación del entorno natural como recurso esencial de la actividad vitivinícola y el fomento de prácticas sostenibles con las que el sector vitivinícola está plenamente comprometido y de actividades complementarias como el enoturismo que contribuyen a la sostenibilidad y al desarrollo de los valores naturales y culturales de los territorios del vino.
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