La Real Sociedad Canina de España (RSCE), la voz del perro en España desde hace más de un siglo, recomienda adquirir siempre cachorros con pedigrí oficial como medida para combatir el tráfico ilegal de animales, que en Europa mueve 1,5 billones de euros al año, según datos de la Fédération Cynologique Internationale (FCI), la mayor federación canina del mundo cuyo único miembro en España es la RSCE.
El pedigrí es un certificado que acredita el modo responsable en que el perro ha sido criado desde cachorro. Se trata de una prueba que los traficantes ilegales de cachorros no pueden presentar y que combate el comercio no ético, el cual afecta a 2,4 millones de perros anualmente en territorio europeo.
Es por ello que cualquier interesado en adquirir un perro debe de preguntar antes por el pedigrí al criador y asegurarse de que el certificado será entregado junto al animal o poco tiempo después. Un criador responsable entregará sin ningún tipo de duda este certificado. Cualquier problema con esta garantía debe llevar al comprador automáticamente a desconfiar.
Desde la Real Sociedad Canina de España se advierte también de la importancia de rechazar pagar más dinero del pactado por obtener un pedigrí: es otro síntoma de que el criador no ejerce la crianza con ética y de que no hay que adquirir un animal en ese centro. El valor final de la tramitación documental del pedigrí de un cachorro no supone para el criador mucho más de 50 euros.
No obstante, hay otros métodos para evitar el tráfico ilegal y apostar por la crianza responsable: exigir ver a la madre del cachorro, así como al resto de la camada o inspeccionar el lugar de cría. Normalmente sabemos que estamos ante un criador ético que no se mueve por el mero beneficio cuando éste nos llena de preguntas sobre las condiciones de vida que proporcionaremos al perro para asegurarse de su bienestar en su futuro hogar.
Todo sobre el pedigrí
En resumen, el pedigrí certifica el nacimiento del perro, identifica al animal (vía microchip) en caso de extravío y, más importante, facilita la información necesaria del perro y el árbol genealógico de su familia, además del trabajo del criador a través de generaciones, la selección funcional y la prevención de determinadas enfermedades.
Es, en definitiva, la prueba de que un perro es de raza y que su nacimiento responde a unos criterios fundamentados que van más allá de lo meramente económico o del capricho aleatorio. El pedigrí es también un estímulo contra la cultura de la crueldad y los malos tratos, ya que el documento constata cómo ha sido criado un perro a lo largo de su vida.
Un pedigrí oficial recoge, al menos, los siguientes datos: fecha de nacimiento del perro, el sexo, su nombre oficial, la raza y el color de la misma, el número de inscripción en el libro de orígenes, el número del microchip, el nombre del criador y, finalmente, la información relativa al linaje, que puede ser de hasta cinco generaciones de antepasados, todos ellos debidamente documentados.
Y no todos los pedigríes son iguales: hay información extra que puede incluirse en el pedigrí. Por ejemplo, los resultados de pruebas de ADN, las pruebas de salud superadas o los resultados obtenidos por el perro en los certámenes y exhibiciones caninas. Si un perro gana un título de campeón, este galardón aparecerá de forma permanente en su pedigrí.
A pesar de toda la abundante información, un pedigrí no es un certificado de salud, más allá de contener información médica del perro. El historial médico aparece en el certificado de vacunación, que es otro documento que acompañará al perro toda su vida, o en el pasaporte, documento oficial de extraordinaria importancia.
La RSCE recuerda que todos los pedigríes llevan el sello de la asociación o club nacional que los emite; en el caso de la FCI, si el club pertenece a la mayor federación mundial canina, también aparecerá su logotipo.
Según el presidente de la Real Sociedad Canina de España, José Miguel Doval, “para asegurarse de que estamos ante un criador responsable que proporciona certificados de pedigríes válidos, lo ideal es contactar con organizaciones caninas nacionales, especialmente las vinculadas a la FCI, como es la nuestra. con una historia contrastada de trabajo por el fomento, mejora y divulgación de las razas caninas desde hace más de un siglo”.
La Real Sociedad Canina de España (RSCE) es la voz del perro en nuestro país desde hace más de cien años. Y es la única sociedad canina en España reconocida por la Fédération Cynologique Internationale.
Desde 1911, la RSCE vela por el bienestar y conservación del animal más preciado para el hombre y vuelca su trabajo en garantizar que las razas caninas, un patrimonio antropológico, cultural e histórico, sigan cumpliendo la imprescindible labor que hacen en nuestra sociedad desde siempre como animales de compañía, de salvamento, de protección, de prevención o de guía, entre otras funciones. En junio de 2022, la RSCE celebró en Madrid la Exposición Mundial Canina (World Dog Show), en colaboración con IFEMA, el evento canino más relevante a nivel internacional y que reunió a más de 16.500 perros en la capital de España, para promover el papel esencial que tienen los perros de raza y la necesidad de conservar su legado.
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